Abogados especializados en tramitar herencias por vía amistosa y judicial
La pérdida de un ser querido es siempre un momento difícil y doloroso para la familia. Además del estado anímico que suele provocar el fallecimiento (incomprensión, dolor o rabia, decaimiento, etc), la muerte de un familiar desorganiza nuestro mundo y nuestra manera de vivirlo, y obliga a los familiares más cercanos al finado a tener que afrontar los trámites jurídicos y administrativos que derivan de su pérdida. En el proceso de la aceptación y adjudicación de la herencia habrá que tomar decidisiones con transcendencia jurídico y económica que en ocasiones afectarán a varios familiares, por lo que es imprescindible que se contrate a un abogado experto en la materia que sepa actuar de la manera correcta y que también esté habituado a saber tratar a los afectados.
La labor del abogado tiene una gran importancia en el derecho sucesorio, tanto antes del fallecimiento como posteriormente a éste.
El abogado puede intervenir incluso antes de que exista la herencia, ya que es usual que el cliente acuda a un abogado para que le asesore en la planificación y redacción de su testamento, en su propio interés o en beneficio de los intereses que quiera proteger, interviniendo por tanto en su herencia futura. La redacción de un testamento supondrá un gran esfuerzo emocional, por lo que debe estarse debidamente asesorado por un profesional de confianza.
Las labores del abogado en la tramitación de la herencia suelen ser las de coordinar las múltiples y variadas gestiones, bien administrativas o bien judiciales, encaminadas a poder efectuar el inventario, avalúo, partición y adjudicación de los bienes del caudal hereditario, intentando satisfacer y defender en todo su cometido los intereses de los herederos.
Por ello el abogado es una pieza fundamental de los actos conciliadores entre las partes, ya que velará por el interés común procurando que se resuelvan los conflictos entre herederos de forma amistosa.
No obstante, cuando los herederos no llegan a un acuerdo, el abogado dirigirá la defensa de los intereses individuales del heredero o los herederos en el proceso y en los diferentes actos judiciales que deriven del mismo.
El abogado también puede realizar la labor de albacea o contador-partidor, que es la persona encargada por testamento para hacer cumplir la última voluntad del causante o, en su ausencia, por un juez, para custodiar sus bienes hasta la adjudicación del caudal hereditario.
En cualquier caso el abogado que le asesore debe ganarse su confianza, dado que en la herencia desempeñará una función primordial, que será realizar de forma ágil los trámites necesarios para realizar un inventario y valorar los bienes que formen parte de ella, calcular el impacto fiscal y facilitar la toma de decisiones a los herederos a la hora de aceptar y adjudicar la herencia.
Por ello es necesario concertar una cita cuanto antes con el abogado en su despacho, donde le dará a sus clientes las primeras nociones para afrontar la herencia, recopilar documentación necesaria para elaborar un presupuesto y se podrán intercambiar impresiones acerca del asunto que se le va a encomendar.
Será muy útil para el cliente que exista confianza y buena comunicación entre los herederos, así como la existencia de un testamento redactado de forma clara, para el buen desarrollo de las operaciones particionales, pero, aun así, será necesario un específico asesoramiento jurídico, especialmente fiscal, y pueden surgir durante el proceso desavenencias entre herederos que solo un abogado profesional en la materia puede reconducir hasta lograr el buen fin de las operaciones evitando rupturas familiares.
Además, en la tramitación del proceso hereditario hay que realizar múltiples y variadas gestiones, que incluso pueden derivar en enfrentamientos que lleven a los herederos a dirimir sus diferencias ante los Tribunales de justicia, por lo que es recomendable que todas las actuaciones las dirija un abogado especialista en herencias.
En todos los casos, el papel del abogado experto en herencias es primordial para el buen desarrollo de las actuaciones; a efectos de respetar los plazos de pago, conocer las posibles acciones contra el resto de herederos y en definitiva conocer la normativa legal vigente aplicable a las herencias. Resulta primordial su intervención en lo relativo a la redacción del cuaderno particional o la testamentaría, por cuanto a los aspectos civiles se refiere, así como para preparar la liquidación de los impuestos sobre la transmisión de los bienes y derechos de la herencia, en relación al ámbito fiscal. Todo ello evitará problemas de futuro a la hora de disponer, vender o transmitir los bienes inmuebles, vehículos, acciones o cualquier otra clase de bienes objeto de la herencia.
Hasta la adjudicación definitiva de los bienes puede ser necesario constituir una herencia yacente. La herencia yacente está formada el conjunto de bienes del fallecido, es decir, por todo el patrimonio objeto de la herencia, y está vigente desde que se produce el fallecimiento hasta que es adjudicado a los herederos. Dada la duración del proceso de adjudicación en la mayoría de las ocasiones será preciso declarar ante la Agencia Tributaria la existencia de la herencia yacente, además de sus rentas, gastos, etc.
A través de nuestra web podrá contactar con un equipo de abogados expertos en materia sucesoria, con más de quince años de experiencia, que sabrán tratar cualquier asunto relacionado con la herencia y que facilitará y coordinará todos las actuaciones desde la solicitud de la documentación necesaria hasta la mejor forma de adjudicar los bienes y el cumplimiento de las disposiciones legales, asesorándole en todo momento para efectuar, incluso si procede en su nombre, los trámites hereditarios.
En nuestro despacho profesional contamos con abogados expertos en herencias. Póngase en contacto con nosotros porque podemos a ayudarle a planificar la herencia y coordinar todas las gestiones necesarias de forma que consigamos un reparto de los bienes de la manera más económica, rápida y ágil, procurando mantener en todo momento las buenas relaciones entre herederos.